viernes, 7 de noviembre de 2014

Protección Solar

Las quemaduras en la piel por la incidencia de la luz del sol sobre el cuerpo están provocadas por los rayos UV, una radiación invisible. Las quemaduras son un signo de daño en la piel que  puede producirse a cualquier temperatura. La piel puede defenderse según su pigmento (melanina) de una cantidad determinada de UV. Los rayos UV provocan el bronceado, señal de daño en la piel, resultado de la muerte y daño de células.

Para defenderse de estos rayos se usan filtros físicos, aquellos que reflejan la radiación, o químicos, lo que la absorben y transforman en otras energías que no sean nocivas. Los protectores solares están divididos según el factor de protección. No se recomienda generalmente el uso de un factor superior a 30, ya que resulta innecesario.

Una de las sustancias más importantes empleadas en contra de la radiación es el dióxido de titanio, que bloquea de forma física los rayos ultravioleta, los refleja. Tiene alta estabilidad y es transparente a la luz visible. Común en los diferentes protectores solares.

Otras sustancias que pueden protegernos contra la radiación ultravioleta son el ácido  4-aminobenzoico y el, hoy en desuso por su toxicidad, y el óxido de cinc.                                          
       


























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Medlineplus, protección contra el sol                                 
Medlineplus, filtros solares 
Wikipedia, protección solar


9 comentarios:

  1. El SPF (Por sus siglas en Inglés – Sun Protection Factor) es la cantidad de radiación UV necesaria para causar quemaduras de sol en la piel con la crema protectora solar aplicada, en relación con la cantidad de radicion UV necesaria para causar la misma quemadura sin el protector solar. Por lo tanto, al usar un protector solar con SPF 50, la piel no se quema hasta que haya sido expuesto a 50 veces la cantidad de la energía solar que normalmente haría que sufriera de una quemadura. La cantidad de energía solar a la que se expone la piel no sólo depende de la cantidad de tiempo que es expuesta al sol, sino también de la hora del día a la cual se realiza la exposición. Esto es debido a que durante la mañana y la tarde, la radiación proveniente del sol, debe atravesar una capa más gruesa de la atmósfera antes de llegar a la Tierra (y a la piel de quien se está exponiendo al sol) con respecto a la distancia que debe atravesar al encontrarse al medio dia. En la práctica, la protección de un protector solar en particular depende de factores tales como: el tipo de piel de la persona, la cantidad aplicada de protector solar y la frecuencia de aplicación, etc.

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  2. Curiosidades del uso de protector solar
    Aquí resumo algunas curiosidades acerca de la aplicación del protector solar, que pueden verse junto con otras en el enlace superior:

    - La pantalla total no existe: “La única pantalla total que hay es una pared” asegura Sánchez Viera. El dermatólogo explica que ninguna crema va a hacer ese efecto. Aunque hay algunas que reducen mucho la radiación, siempre te entra una cantidad mínima de sol que va sumando y si te pasas de tiempo al final te quemas. Por eso, en caso de querer cuidar una cicatriz para que no te quede marca, es mejor cubrirla que confiar en la pantalla total.

    - Fíjate que proteja de los ultravioleta B y también delos A:
    El factor SPF (15,30,50,50+) que reflejan todos las cremas solares se refiere a la protección contra los rayos ultravioleta B, que fueron los primeros que se supo que podían producir cáncer piel. Posteriormente se ha visto que los ultravioleta A también son capaces de producir cáncer de piel por lo se han ido incorporando filtros contra esos rayos, por lo que cuando compremos una crema no sólo debemos fijarnos en el índice SPF, hay que comprobar que proteja de los UVA, aunque en este caso el índice no es tan importante.

    - Póntela en casa:
    Hay que echarse la crema entre 20 minutos y media hora antes de la exposición y renovarla nada más llegar a la playa o piscina, de esta forma garantizamos que la crema se mezclará correctamente y de forma uniforme con nuestra capa cutánea. Además en casa podemos asegurarnos de que ninguna parte del cuerpo queda sin cubrir.

    - Renuévala cada dos horas (como mínimo):
    Por mucho que hayas seguido las recomendaciones previas, te hayas puesto la crema en casa y la hayas renovado al llegar a la playa o piscina, no puedes olvidarte de la crema, hay estudios que señalan que en dos horas casi el 80 por ciento de la capacidad de barrera se ha perdido.
    Las cremas espesas deberíamos renovarlas cada dos horas pero las que son más livianas y ligeras o las que se presentan en spray deberíamos hacerlo con más frecuencia ya que se evaporan con más rapidez.

    - El aftersun sólo hidrata:
    Cuando hablamos de aftersun nos referimos a esta crema que refresca la piel e incluso sirve como calmante cuando hay quemaduras. Pues bien, el aftersun es solo eso, una crema para resolver el déficit de hidratación que tenemos después de exponernos al sol pero que no evita las consecuencias de habernos quemado. Esto no quiere decir que debamos de dejar de usarlo pero sí que no tiene ningún efecto protector.

    Aquí se muestra en un vídeo de YouTube cómo se ve la piel en ultravioleta.

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  3. El dióxido de titanio es una sustancia inerte que se utiliza en polvos, cremas o pomadas como dermoprotector frente a las radiaciones solares. En su formulación microfina, que se utiliza cada vez más, se trata de un polvo blanco que se prepara en suspensión en concentraciones que oscilan entre el 1% y el 10%. Esta formulación puede asociarse a otras sustancias capaces de absorber la radiación ultravioleta.

    Se utiliza como prevención de las quemaduras solares, el envejecimiento prematuro de la piel y el cáncer de piel. Puede ofrecer también cierta protección en los trastornos de fotosensibilidad provocados por exposición a la radiación ultravioleta A o B.

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  4. Las cremas o protectores solares llevan utilizándose cerca de 75 años.
    Se caracterizan por poseer compuestos que actúan como filtros que protegen
    la piel de la radiación ultravioleta. Tradicionalmente han sido dividas en grupos, en función de los compuestos que actúan como filtros ultravioletas, que son los siguientes:

    - Ácido para-amino benzoico (PABA) y sus derivados: el PABA es uno de los compuestos más usados como ingrediente en las cremas solares. Es un filtro UV-B muy efectivo, penetra a través de la piel y tiene una gran resistencia al agua. Debido a que ha demostrado ser carcinógeno y causar reacciones alérgicas, su uso en
    protectores solares es limitado.

    - Salicilatos: Son filtros UV-B débiles, aunque son muy estables y resistentes al agua y no suelen causar problemas cutáneos. Algunos de los más usados son el octisalato y el homosalato, que protegen de la fotodegradación a otros ingredientes de
    las cremas solares.

    - Cinamatos: más ampliamente usado como filtro UV-B (con una máxima absorción a 311 nm). Se utiliza normalmente en combinación con otros filtros UV-B.

    - Benzofenonas: los compuestos que los forman absorben radiación UV-B
    y algo de UV-A. El filtro más común es labenzofenona-3 (oxibenzofenona). Este compuesto se ha encontrado en la sangre y la orina de los humanos después de la aplicación de la crema solar.
    - Otros: las que contienen derivados del benzimidazol o bencilidenos y derivados del alcanfor.

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  5. Hay dos tipos de protectores solares:

    Filtros físicos: También son llamadas pantallas totales. Reflejan totalmente la radiación solar impidiendo que ésta penetre en la piel y produzca enrojecimiento, quemaduras, etc. Hay que aplicarlos en capa gruesa y apenas se notan utilizando el dióxido de titanio.

    Filtros químicos: Actúan absorbiendo la radiación solar y transformándola en otro tipo de energía que no resulte nociva para la piel. Dan lugar a los factores de protección solar (FPS).

    Un buen filtro solar debe reunir las siguientes cualidades:

    -Buena capacidad de absorción de las radiaciones ultravioletas.
    -Resistencia a los agentes externos: sudor, agua...
    -No causar irritación a la piel.
    -Ser estable al sol.
    -Ser inodoro e insípido.

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  7. Contaminación por cremas solares
    Algunos de los componentes químicos empleados para proteger de la radiación ultravioleta y dar color, aroma y textura a estos cosméticos tienen efectos contaminantes que pueden alterar los ecosistemas costeros.

    El primer paso fue ver cuál era la composición química de los protectores solares y observaron que existían dos tipos: los compuestos químicos inorgánicos y los orgánicos, ambos con efectos diferentes. En los primeros destacan como ingredientes activos el dióxido de titanio y el óxido de zinc. Y en los segundos la benzofenona3 o el 4-metil becilidino.

    Aunque existen compuestos orgánicos insolubles, tipo aceite, muchos otros son solubles en agua, y las marcas emplean unos, otros o ambos, y este factor, de entrada, es muy importante porque los compuestos que se disuelven son más fácilmente bioasimilables, es decir capaces de acumularse a través de la cadena trófica.Los resultados evidencian la presencia de los contaminantes incluso en las aguas costeras con menos afluencia de bañistas.

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  8. A nivel mundial, la exposición excesiva a la RUV solar causó en el año 2000 la pérdida de aproximadamente 1,5 millones de AVAD (el 0,1% de la carga de morbilidad mundial total) y 60 000 muertes prematuras. La mayor carga de morbilidad causada por la RUV se debe a las cataratas corticales, los melanomas cutáneos malignos y las quemaduras solares, aunque las estimaciones de estas últimas son muy inciertas debido a los escasos datos disponibles. Por ultimo, cabe señalar que una exposición nula a la RUV no tendría como consecuencia una carga de morbilidad mínima, sino una elevada carga de morbilidad debida a las enfermedades relacionadas con la carencia de vitamina D.

    Fuente: oms

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    1. Vitamina D
      El cuerpo produce la vitamina D cuando la piel se expone directamente al sol. Por eso, con frecuencia se denomina la vitamina de la "luz del sol". Muy pocos alimentos contienen vitamina D de manera natural. Los pescados grasos (atún, salmón y caballa) están entre las mejores fuentes de vitamina D. El hígado de res, el queso y las yemas de los huevos suministran pequeñas cantidades. Los champiñones proporcionan algo de vitamina D.
      La vitamina D ayuda al cuerpo a absorber el calcio. El calcio y el fósforo son dos minerales esenciales para la formación normal de los huesos.
      La deficiencia de vitamina D puede llevar a osteoporosis (disminución del tejido que lo forma los huesos) en adultos o raquitismo en niños.

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