jueves, 4 de diciembre de 2014

Río Tinto

El río Tinto es un río costero del sur de España, que discurre a lo largo de la provincia de Huelva,Andalucía. Nace en la sierra de Padre Caro y tras recorrer casi 100 km llega hasta la Ría de Huelva, donde se funde con el río Odiel.


                                                                                             
El río es conocido por el color rojizo de sus aguas, de ahí su nombre. La coloración tiene su origen en la meteorización de minerales que contienen sulfuros de metales pesados hallados en los yacimientos a lo largo del río. Estos yacimientos son depósitos hidrotermales compuestos en gran medida por rocas de pirita (sulfuro de hierro (II)) y calcopirita (disulfuro de hierro y cobre). El proceso de meteorización se debe a la oxidación microbiológica de estos minerales, causada principalmente por unas bacterias especiales, las arqueobacterias, que transforman los iones sulfuros en ácido sulfúrico, liberando los metales pesados como cationes en el agua. Es a causa del flujo de ácido sulfúrico que el agua del río tiene un carácter muy ácido.

Sus aguas rojas se caracterizan por su pH entre 1,7 y 2,5 (muy ácido), con alto contenido en metales pesados: hierro mayoritariamente, cobre, cadmio, manganeso, etc., pero con oxígeno, ya que los organismos que existen en el río son fotosintéticos en su mayoría. Estos microorganismos, adaptados a hábitats extremos, son acidófilos y se alimentan sólo de minerales; son tanto procariotas como eucariotas, incluyéndose entre los segundos algunas especies de hongos y algas endémicas del río. Por ello, la NASA lo escogió como hábitat a estudiar por su posible similitud con el ambiente del planeta Marte. Un experimento con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y desarrollado en el río Tinto, ha confirmado la posibilidad de que determinados tipos de organismos puedan sobrevivir bajo las restrictivas condiciones del planeta Marte.




1 comentario:

  1. Las Médulas (minas de León)

    De fisonomía espectacular y ardiente, esta antigua explotación romana de extracción de oro fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1997 por la Unesco. Era el primer paraje cultural español que recibía este importante reconocimiento internacional

    El parque Natural de Las Médulas es un paraje de tierras rojizas, de formas accidentadas y laberínticas, rico en bosques de robles y castaños; una realidad cultural que ha evolucionado a lo largo de los tiempos. Su origen se remonta a la época de la civilización romana. En aquella prolífera etapa se convirtió en la mayor mina a cielo abierto de todo el Imperio Romano. De hecho, los desmontes mineros generados alcanzaron la vasta extensión de tres kilómetros y una profundidad superior a los 100 metros.

    La elección de los romanos para crear esta próspera explotación aurífera no fue una casualidad. Las claves hay que buscarlas en que se trataba de unas tierras de aluvión de pepitas de oro, abundantes en agua y pendientes para usarlas como fuerza hidraulica. El método para extraer el oro se llamaba «ruina montium». Se captaba el agua mediante canales a una altitud de hasta 2000 metros como en la falda del monte Teleno y se almacenaba en depósitos excavados en tierra hasta su posterior utilización. Sin duda el sistema hidráulico de Las Médulas es el más impresionante de todos por la ingente cantidad de agua, su longitud y la compleja ramificación de los canales construidos.

    La explotación se abandonó en el siglo III y dio paso a un medio de flora y fauna autóctono. La flora predominantes es de robles, encinas, escobas, carrascas y carqueixas. Por su parte, la fauna está formada por el jabalí, el corzo y el gato montés.

    Pero, las médulas es el caso vivo de un proceso histórico. Su aparición y extinción propiciaron nuevas realidades y formas de vida en las comunidades cercanas que se han ido transformando hasta la actualidad.

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